GUÍA
ETNOGRÁFICA 1 DEL BLOG MEMORIAS DE LA TRADICIÓN
Índice
-Los grupos para el ritual festivo
-Las cuadrillas de ánimas del Sureste español
-Los rituales tradicionales
-Las romerías
-Las misas y los toques de misa
-Los recorridos de Pascua o Navidad (carreras de ánimas)
-Los bailes de inocentes, de ánimas, de puja o subastados (del Sureste español)
-Las pascuas, aguilandos (aguinaldos), animeras, aguilanderas o aguilandás (del Sureste español)
-Otras músicas para el ritual y la calle
-Músicas navideñas fuera del Sureste español
-Las músicas tradicionales en el ciclo y aconteceres vitales
-Otros lugares de la fiesta
-La fiesta y la comensalía
LOS GRUPOS PARA EL RITUAL FESTIVO
Tomando dicho término genérico de la publicación colectiva de igual nombre coordinada por Manuel Luna en 1989, incluimos aquí a diversas agrupaciones sobre las que recae una parte de la puesta en escena, sobre todo musical, de distintos tipos de fiesta, y cuya presencia podemos rastrear a lo largo y ancho del territorio español con distintas denominaciones.
Así, nos encontramos con rondas veratas (de la Vera de Extremadura y comarcas adyacentes), pandas de verdiales de Málaga, rondas de la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, mochileros y grupos musicales de la Baja Andalucía, cuadrillas de ánimas del Sureste peninsular (Murcia, Almería, Granada, Jaén, Albacete, Alicante), etc., de los que ofrecemos una selección:
· Ronda en Villanueva de la Vera (Cáceres) (2010)
· Panda de Verdiales (Málaga) (2008)
· Ronda en Lucena del Cid (Castellón) (1992)
· Colla valenciana (2014)
· Ronda manchega (Albacete) (2008)
· Mochileros (Córdoba) (2013)
· Animeros de la sierra de Albacete (1988)
· Cuadrilla de Murcia (Noroeste) (1994)
· Cuadrilla de Granada (1988)
· So de Alicante (Comunidad Valenciana) (2013)
· Cuadrilla de Almería (oriental) (2002)
· Sonadors del sur de Alicante (2016)
· Ronda de Cuenca (2016)
· Ronda de la Sierra de Gredos (Cáceres y Ávila) (2016)
No obstante, no es imprescindible que para la fiesta y el baile existan grupos musicales constituidos como tales, como demuestra la fiesta que se celebra en las Cruces de Mayo de Lebrija (Sevilla, España), donde la espontaneidad entre los intérpretes es total, como se ve en este ejemplo: sevillanas corraleras en la plaza (2015)
Las cuadrillas de ánimas del Sureste español
Las cuadrillas de Ánimas (llamadas también de animeros o aguilanderos) forman parte de una antigua tradición musical, presente en el Sureste español desde hace varios siglos y relacionada en sus comienzos con las enseñanzas de la orden franciscana acerca de las creencias en el Purgatorio y las Ánimas Benditas. Ligadas originalmente a las hermandades religiosas (como lo están los grupos musicales de las Hermandades de la Aurora o auroros, éstos vinculados a las prédicas de la orden dominica y sus creencias marianas en el Rosario de la Aurora), desarrollan rituales navideños diversos en petición de donativos para la hermandad matriz, la parroquia o necesidades sociales comunes. En ellos se incluyen las carreras de ánimas, los bailes de inocentes, de puja o subastados y los cantos de pascuas o aguilandos (aguinaldos). Su distribución geográfica abarca comarcas orientales de Almería, Granada y Jaén (en Andalucía), comarcas del sur de la provincia de Albacete (en Castilla-La Mancha), una porción del sur de la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana) y casi toda la Región de Murcia, principal, pero no únicamente, en sus zonas rurales. Debido a esta común peculiaridad cultural, este territorio es denominado por Emilio del Carmelo Tomás, muy gráficamente, como EL PAÍS DE LAS CUADRILLAS.
Después de un periodo de franca decadencia, principalmente debido a los cambios socioeconómicos ocurridos en el campo español a partir de la década de 1950, como un caso bastante singular en el cuadro de desapariciones de la música tradicional hispana, y debido a que no se había quebrado la transmisión cultural tanto tiempo atrás que hiciera imposible o muy dificultosa su recuperación, las cuadrillas resurgieron para el gran público (aunque hubo ejemplos de recuperaciones anteriores) a partir del retorno de la Democracia a España y la explosión festiva y de renovado interés por la cultura tradicional y rural que existió, al menos, desde mediados de la década de 1970. En pocos años muchas cuadrillas renacieron de la mano de antiguos cuadrilleros, bastantes de ellos retornados de la emigración, y con una desigual (pero trascendental en algún caso) participación de jóvenes, en especial la intervención de algunos universitarios atraídos por formas tradicionales casi extintas y que comenzaban a valorarse de nuevo por toda España, incluso con la atención de los medios de comunicación, como podemos ver en las siguientes muestras, insertas en otros canales de Youtube, una en el programa Los Ríos de Televisión Española (1974), de Segura de la Sierra (Jaén, Andalucía, España), y otras del programa de Televisión Española Raíces en 1976 "Dos cortijos de la Sierra de Taibilla": con los ejemplos lindantes de La Risca (Moratalla, Murcia, España), La Pava (Moratalla Murcia, España), y Nerpio (Albacete, Castilla-La Mancha, España); y otro del mismo programa Raíces en Vélez Blanco (Almería, Andalucía, España).
También la radio se hizo eco en algunos casos de la existencia de grupos animeros por aquellos años, como ocurrió con este reportaje realizado por Radio Nacional de España en Murcia a los Animeros de La Encarnación de Caravaca (Murcia) en 1978.
Dentro de ese panorama de reconstitución y adaptación a las transformaciones sociales, destaca la formación y labor desarrollada por los Animeros de Caravaca (Murcia), grupo que inició el camino de acomodo a nuevas situaciones y en el que muchos otros se fijaron para conformar el modelo de cuadrilla o grupo de música tradicional que posteriormente se convirtió en el más extendido.
Por la misma época se crearon los llamados encuentros de cuadrillas, que acercaban al público en general, en un mismo lugar y de una forma antes desconocida, la diversidad del espectro musical tradicional, mientras que al mismo tiempo motivaban a los cuadrilleros con la posibilidad de fiesta, de viajar y de ver reconocidas sus habilidades musicales. La nueva fórmula, basada en la parte más lúdica de las cuadrillas (la musical), suponía un giro en los aspectos simbólicos tradicionales, puesto que sacaba a las cuadrillas de sus contextos religiosos parroquiales y, en muchos casos, las subía a actuar en escenarios, lo que hacía preciso que las acompañaran grupos de baile casi permanentes (cosa ajena a la tradición anterior). No obstante, la novedad tuvo mucho éxito y en poco tiempo las cuadrillas y los encuentros gozaron de gran popularidad, y las gentes comenzaron a asistir masivamente a tales eventos (donde suele figurar en destacado lugar la comensalía), haciendo muy conocidos a algunos de los grupos, que empezaban a resurgir por todas partes, y a sus componentes. No obstante, a pesar del gusto por el componente lúdico de las cuadrillas, la propia reactivación de estos grupos ha venido acompañada, en no pocos casos, de una reactivación de las fiestas y rituales tradicionales, donde la religión sigue teniendo un papel destacado.
Este nuevo auge del gusto por la música tradicional practicada al estilo antiguo dio pie a que se reactivaran cuadrillas que languidecían en su actividad y que en algunos lugares se realizaran recuperaciones, en ocasiones casi arqueológicas, de músicas y bailes, y se reconstituyeran cuadrillas, rondas y grupos en lugares donde desaparecieron mucho tiempo atrás. Aunque en bastantes puntos las restituciones han partido de interesados en la música tradicional de los pueblos, a veces por antiguas vinculaciones familiares, en estas recuperaciones no es infrecuente que hayan participado personas vinculadas a grupos folclóricos constituidos, o los grupos como tales, o escisiones de ellos, que buscan aproximarse en su funcionamiento al modelo antiguo de folclore musical separándose, total o parcialmente, del modelo instituido que fomenta mayoritariamente el espectáculo artístico. Al respecto, la dialéctica enfrentada entre las formas de entender la interpretación de la tradición musical y sus bailes (ya presente entre los grupos de recreación folclórica de Cataluña, por ejemplo, a comienzos del siglo XX), ha facilitado la expansión actual del número de grupos que practican las formas musicales tradicionales.
En el contexto citado, el Centro Territorial de TVE en Murcia (España) se hizo eco de ese gusto creciente del público por las cuadrillas y realizó un programa denominado Con...trastes, que fue una serie de 7 espacios dedicados a cuadrillas murcianas y sus puntos de origen (Águilas, Fuente-Álamo de Murcia, Aledo, El Berro de Alhama de Murcia, La Copa de Bullas y Zarzadilla de Totana -Lorca-, más uno de resumen) de poco más de 20 minutos cada uno, emitidos entre marzo y abril de 1990 y dirigidos por el periodista Jaime Butler, donde se trataba de acercarse a distintas localidades murcianas que tenían en común la presencia de cuadrillas de ánimas, algunas de ellas reconstituidas en los años precedentes.
También aparecieron en esa época grabaciones que buscaban destacar los elementos de identidad regional, entre los que se encontraban los de la cultura inmaterial de las cuadrillas y los auroros (entre otros grupos de la Región de Murcia), como el capítulo nº11 dedicado al Folklore de la Región de Murcia que editó Diario 16 de Murcia en 1991 en la serie titulada La Región en Cinta, y que contiene imágenes de la Campana de Auroros de Nuestra Señora del Carmen, del Rincón de Seca (Murcia), Aguilanderos de Barranda (Caravaca, Murcia), Cuadrilla de Ánimas de Aledo (Murcia) y Cuadrilla y Auroros de La Copa de Bullas (Bullas, Murcia).
O también este reportaje radiofónico de Radio Almanzora de Albox (Almería) a la revitalizada Cuadrilla de la Virgen de El Saliente de Albox, en 1991, una vez comenzada la divulgación del fenómeno cuadrillero.
Igualmente, con motivo de la Exposición Universal de Sevilla en 1992, se realizaron una serie de grabaciones de grupos musicales, rituales y otras parcelas de la cultura musical tradicional andaluza para los contenidos didácticos del Pabellón de Andalucía, siendo algunos de ellos procedentes del territorio cuadrillero (incluidos también otros procedentes de la parte de Murcia lindante con Almería), como esta de la Cuadrilla de Henares (Lorca), que toca esta malagueña (variedad de fandango) (1991); o estas variedades de parrandas (seguidillas) por la misma cuadrilla de Henares en el mismo contexto (1991).
Además de las citadas, podemos incluir aquí a otras cuadrillas, como:
La Hoya (Lorca, Murcia) (1992)
Henares (Lorca, Murcia) (1993)
El Raiguero de Totana (Totana, Murcia) (1992)
Las Palas (Fuente-Álamo de Murcia) (1991)
Huebras (Nerpio, Albacete) (1994)
Cañada de la Cruz (Moratalla, Murcia) (1992)
Campo de San Juan, El Sabinar y Calar de la Santa (Moratalla, Murcia) (1988)
Topares (Vélez Blanco, Almería) (1988)
Chirivel (Almería) (2015)
Cehegín (Murcia) (2016)
Torreagüera
(Huerta de Murcia) (2019)
San Juan Bautista de Pedro Andrés (Nerpio, Albacete) (2020)
Animeros Posá de la Compañía (Caravaca, Murcia) (2021)
También es posible encontrar alguna ocasión en que dos o más cuadrillas toquen juntas un mismo tema, que conocen generalmente por proximidad geográfica, como ocurre en este caso en que tocan unidas las cuadrillas de Henares (Lorca) y del Chato de Puerto Lumbreras una malagueña sorda (variedad de fandango sin cante) en una grabación de 1991 que se efectuó para mostrarla en los contenidos musicales tradicionales del Pabellón de Andalucía en la Exposición Universal de Sevilla 1992.
Antaño, cuando los músicos que colaboraban con las cuadrillas del Sureste español en periodo navideño tocaban para bailes y fiestas durante el resto del año, en muchos lugares no se solían denominar como "cuadrilla", sino que eran conocidos, simplemente, como "los músicos" o, menos, como "la rondalla" o términos similares, ya que el término “cuadrilla” se solía reservar para una vinculación concreta a una Hermandad religiosa y sus rituales de Navidad. No obstante, cuando una cuadrilla participaba en rituales organizados por la Hermandad fuera de la Navidad, como es el caso de las romerías, también actuaba como tal cuadrilla de Hermandad.
Aparte, en ciertos casos, y sobre todo más modernamente, es posible la aparición de cuadrillas de músicos sin vinculaciones a rituales religiosos y únicamente ejecutantes de músicas para fiesta. Es el caso de las llamadas cuadrillas de reclamo (en la terminología de Emilio del Carmelo Tomás) y de las cuales vemos un ejemplo con la cuadrilla del Chato de Puerto Lumbreras, tocando música para baile, unas parrandas peretas, en un encuentro de cuadrillas (Fuente-Álamo de Murcia, 1991), cuadrilla agrupada en este caso en torno a la fuerte personalidad de un músico líder. Y como muestra de esta peculiaridad, en este otro vídeo, podemos ver al mismo Chato con una cuadrilla de músicos distintos a los anteriores en otro encuentro de cuadrillas tocando una malagueña cartagenera (variante de fandango) (1996); y al mismo músico con otra agrupación diferente de las anteriores tocando parrandas en un encuentro de cuadrillas (1998).
En tiempos posteriores, se ha hecho más habitual la formación de estas cuadrillas de reclamo para asistir, por ejemplo, a ferias, romerías, fiestas particulares o encuentros de cuadrillas, en muchas ocasiones con gente joven buscada en diferentes lugares, pero que se desenvuelve con soltura con los instrumentos y las reglas no escritas de las músicas de tradición oral. Una demostración de ello la tenemos en esta cuadrilla de amalgama que participó en una Feria de Yeste (Albacete) tocando esta malagueña cifrá (variedad de fandango) (2016), o la misma cuadrilla tocando unas parrandas sevillanas (variedad de seguidillas) (2016) y unas parrandas por re (otra variedad de seguidillas) (2016). O esta otra cuadrilla de músicos diversos que toca pardicas en una fiesta en El Hornico (Caravaca, Murcia) (2018). También hay casos en los que la cuadrilla de músicos heterogéneos de diversas procedencias se forma sin mayor objetivo que pasar un rato musical entre amigos y sacar, por ejemplo, un aguilando navideño improvisándolo para poder convidarse, como en este caso ocurrido en la Navidad de Murcia (2025).
Con el resurgimiento de las cuadrillas desde la década de 1970 y la adaptación a las nuevas costumbres sociales, las cuadrillas, en muchos casos constituidas como asociaciones formales y registradas, han pasado a funcionar durante todo el año y a denominarse como tales en cualquier momento, aún fuera de la época de Navidad. Veamos un ejemplo de fiesta veraniega con baile popular en la aldea de Las Cañadas (Nerpio, Albacete) con la Cuadrilla de Huebras a la música (2023)
Además, ya desde los inicios de su regeneración en las décadas de 1970 y siguientes, las cuadrillas de músicos veteranos procuraban incorporar jóvenes en sus filas para darles continuidad, y aquellos nuevos agregados son, en muchos casos, los que siguen formando parte de aquellas o de otras cuadrillas tres o más décadas después, como ocurre, por ejemplo, con el caso de la Cuadrilla de Animeros del Campillo de los Jiménez, de Cehegín, algunos de cuyos jóvenes incorporados a fines de la década de 1980, a quienes podemos ver en imágenes de 1992, reconstituyeron la Cuadrilla de Animeros de Cehegín en 2011.
Y aunque con frecuencia la transmisión oral de las músicas se quebró en muchos lugares con generaciones “vacías” por falta de interés de los descendientes inmediatos (siendo relativamente habitual que, en algunos casos, la tradición pase de abuelos a nietos más que de padres a hijos), en otros casos la herencia ha podido ser directa entre progenitores e hijos, como es el caso de estos músicos de Henares (Lorca, Murcia), con un padre y un hijo tocando parrandas con otros músicos (2014); o este caso de un padre y una hija ejecutando una lucida jota de estilo lorquino (1993).
También hay casos de formación de nuevas cuadrillas en lugares donde llevaban décadas desaparecidas, como el ejemplo de Bullas, con la cuadrilla de Animeros y Auroros de San Blas, fundada en 2015, en unas imágenes de 2020.
No obstante, y aunque en un pasado bastante anterior a esa época de revivificación el panorama era más denso por todo el espacio abarcado, dentro del territorio de las cuadrillas se pueden observar zonas distintas en cuanto a la calidad y cantidad de los grupos que actualmente funcionan, puesto que hay una mayor presencia, en general, en ciertas comarcas limítrofes entre las provincias de Murcia, Almería y Albacete que en el resto del territorio, aunque en otras zonas, que hace tres décadas permanecían casi carentes de estos grupos (por desaparición de los mismos), posteriormente también hubo apreciables recuperaciones etnográficas.
LOS RITUALES TRADICIONALES
En este apartado incluimos, por ser el grueso del archivo del autor, ejemplos procedentes del Sureste de España, pero también encontraremos, por similitud cultural, muestras de distintos lugares del país.
Los grupos musicales tradicionales llevan o llevaban a cabo diversos rituales, generalmente vinculados a la religión, pues su historia y evolución están ligados a una época en la que el peso del hecho religioso en la sociedad era trascendental y abarcaba todos los órdenes de la vida.
Un ejemplo de estos rituales religiosos lo tenemos en una de las fiestas celebradas en el Santuario de la Virgen de El Saliente (Albox, Almeria), con motivo de la conmemoración de la Presentación del Niño, en la que la Cuadrilla de El Saliente desarrolla diversas músicas (2022)
En algunos lugares se mantienen danzas rituales, con músicas características que acompañan el baile de unos danzantes que interpretan coreografías de distintos tipo, generalmente ataviados con indumentaria singular que solo se emplea en esas danzas. Se suelen interpretar con motivo de romerías, procesiones y festejos religiosos, acompañando a imágenes sagradas.
Una muestra de ello la tenemos en el Baile de la Virgen de los Reyes, en la isla del Hierro (Islas Canarias), del que podemos ver un ensayo celebrado en Valverde de El Hierro (2023)
Otros de estos rituales son:
Las romerías
En muchos puntos de España, y dentro de ella en el Sureste, y más en especial en las comarcas linderas entre Murcia y Almería, se atesora un buen número de fiestas tradicionales, vinculadas a la religión y de distinta importancia, donde tiene una participación importante la música. Incluso en las últimas décadas del siglo XX se revitalizaron algunas romerías casi olvidadas, a la par que se restauraban ermitas que les daban acogida, y las hermandades y sus mayordomos procuraban volver a anteriores esplendores.
En toda romería tradicional que se precie debe de haber manifestaciones religiosas de distinto tipo y música. Y en buena parte del Sureste español, además, es casi imprescindible que haya cantos de pascuas o aguilandos (aguinaldos), u otros temas improvisados o no, a veces en mitad de otros rituales, como recorridos con imágenes o estandartes cuyo porte es subastado, de los que vemos algún ejemplo:
La Torrecilla (Lorca, Murcia). Romería del Burruezo. Pascuas de Nicolás Galiano (2013)
El Praíco (Lorca, Murcia). Romería de San Antón. Pascuas de Felipe Martínez. (1993)
El Praíco (Lorca, Murcia). Romería de San Antón. Subasta de andas. (1993)
La Hoya de Lorca (Murcia). Romería de la Salud, Pascuas de José Acosta el Ganaero (1991)
La Santa (Totana, Murcia). Romería de Santa Eulalia. Pascuas de Paco el Chicharra y sus hijos. (1993)
La Santa (Totana, Murcia). Romería de Santa Eulalia. Pascuas de José Antonio Muñoz (1993)
El Esparragal (Puerto Lumbreras, Murcia). Romería de la Purísima. Pascuas de Miguel Úbeda (1993)
Tirieza Baja (Lorca, Murcia). Ritual romero animero, con pascuas de Antonio el Cucharón (2002)
La Rogativa (Moratalla, Murcia). Ritual con procesión y subasta corona de la Virgen (1994)
Tonosa (Vélez Rubio, Almería). Ritual, subasta de andas y pascuas con Antonio Andreo, el Cucharón (1993)
Tonosa (Vélez Rubio, Almería). Pascuas con Juan Gázquez y Juan Andreo, Cucharón (1993)
Venta Micena (Orce, Granada). Fiesta de San Antón: ritual con procesión, baile y subasta de andas (2018)
En muchos lugares el esquema clásico consiste en cantar delante de la imagen sagrada, en donde el guión es el intermediario entre el mundo terrenal y el sobrenatural (que suele estar en lo alto, con imágenes portadas en andas, carros o subidas en tronos), y los improvisadores piden por los feligreses que han dado donativos, como en esta romería en Esparragal de Puerto Lumbreras (Murcia). Romería con pascuas de Pedro Miñarro (1993)
O también este agradecimiento a la Virgen con petición por el restablecimiento de un enfermo que realizan cantando pascuas los guiones Juan del Huerto e Isabel Hernández en Garrobillo (Águilas, Murcia) (1995)
Asimismo hay casos de recorridos de cuadrillas acompañando a las imágenes religiosas y amenizando el día a los romeros, como:
Romería de la Fuensanta (Murcia). Recorrido cuadrillero, trovo por malagueñas, música y baile. (2014)
En algunas de ellas se pueden realizar rifas o sorteos con motivos simbólicos o conmemorativos, como este caso de una rifa de palomas durante un baile suelto con motivo de la festividad de La Candelaria en Tonosa (Almería) (1993)
No es extraño que en una romería se encuentren varios guiones de pascua, guías de aguilando o troveros. Y se pueden dar situaciones variadas en las que todos participen, como este caso, en el que el trovero aguileño Andrés Rabal trova unas quintillas sin música, mientras Antonio el Cucharón canta pascuas acompañado de la cuadrilla, en Tirieza Baja (Lorca). (2002)
Asimismo, se practican rituales variados en los que se incluyen recorridos con los patronos del lugar con cantos diversos, al igual que ocurre de manera similar en otros lugares de España, como en;
Les Torrocelles (Castellón) (1993)
O se pueden desarrollarse otros rituales previos a la misma romería, como este caso de despedida de la imagen de la Virgen de la Fuensanta, patrona de Murcia capital, que al día siguiente partiría hacia su santuario en el monte, y a la que canta la Cuadrilla de Patiño con su trovero El Floristero (2014)
Y también suele darse en las romerías, si se puede, un buen baile suelto. Aquí dejamos varios ejemplos de ello:
Campo de San Juan (Moratalla, Murcia). Romería de San Isidro. Malagueña (2008)
El Praíco (Lorca, Murcia). Romería de San Antón. Baile de parrandas (variedad de seguidillas) (1993)
El Esparragal (Puerto Lumbreras, Murcia). Romería. Malagueña (variedad de fandango) (1993)
La Rogativa (Moratalla, Murcia). Romería. Malagueña (variedad de fandango) (1994)
Garrobillo (Águilas, Murcia). Romería. Malagueña (variedad de fandango) (1995)
Henares (Lorca, Murcia). Romería. Parrandas (variedad de seguidillas) (2017)
O encontrar a bailaores expertos como en este trío (dos mujeres y un hombre) que baila una malagueña de tres de factura abolerada, en Tébar (Águilas, Murcia) (1993)
Además, como en toda otra fiesta, la comensalía es imprescindible en cualquier romería, pues hermana a los presentes que consumen las mismas viandas:
Comida comunitaria con migas en Tirieza Baja (Lorca, Murcia). (2002)
Dentro de los cambios y adaptaciones de ciertas manifestaciones de la cultura tradicional a las condiciones modernas, se prodigan relaciones entre grupos y músicos de puntos distintos, alejados geográfica y musicalmente, pero que logran integrarse en rituales en principio ajenos, ya que, al tratarse de un lenguaje expresando musicalmente, se hacen finalmente reconocibles, como ocurre en este caso de una ronda de Lucena del Cid (Castellón), tocando y bailando en la Ermita de Verdiales de Málaga (1998)
Las misas y los toques de misa
Durante las fiestas y romerías de origen religioso la presencia del ritual de la misa es parte fundamental, y los grupos sobre los que tratamos suelen poner la música necesaria.
En estos casos, las músicas y letras para misas proceden de antiguas tradiciones musicales anteriores al Concilio Vaticano II, ya que después de este, con la iniciativa que supuso que la Iglesia Católica se abriera a las culturas locales, florecieron todo tipo de misas folclóricas de nueva creación (flamencas, huertanas, baturras, rocieras...).
Parte esencial de los rituales navideños de las cuadrillas del Sureste español son las llamadas Misas de Gozo (o Gozos), bastante en desuso aunque antes eran muy generalizadas, y que se interpretan al amanecer de hasta los nueve días anteriores al Nacimiento (25 de diciembre) como preludio del gozoso acontecimiento que iba a acaecer y simbolizando los meses de gestación de la Virgen María. Un ejemplo de Misa de Gozos lo pone el Grupo de Cuerdas de Orce (Granada, España) (2017)
Las músicas y las letras de las misas interpretadas por cuadrillas y otros grupos tradicionales utilizan desde antiguo instrumentos y lenguajes autóctonos, seguramente por adaptaciones de las Misas de Angelis (que eran interpretadas según el modo musical aceptado durante siglos por la Iglesia: el canto gregoriano en latín), lo que llevó en muchos lugares a emplear lenguas y músicas comprensibles e interpretables por los fieles que desconocían el latín y la complejidad del gregoriano.
Veamos el Son de Misa o Kirie de la Misa de Ánimas de los Animeros de Caravaca de la Cruz (Murcia, España) (2014)
O también estas coplas de misa al estilo de la comarca de la Sierra de las Estancias de Almería tocadas por El Chato y una cuadrilla de reclamo (1996)
O estas coplas de misa tocadas y cantadas por la cuadrilla de Castilléjar (Granada), en su localidad (2017)
Y un resumen de la misa animera de Venta de Micena (Granada), tocada y cantada por la cuadrilla local (2018)
Como parte de esa misma tradición de músicas autóctonas para misa, en la comarca de los Campos de Cartagena y Murcia (Sureste de España), durante las misas, se interpretan cantos de aguilando, por parte del guion que improvisa las coplas y el coro que responde, pero también se ejecutan, aunque cada vez en menos lugares, unos toques de misa en ciertas partes de la celebración eucarística, y que son composiciones cortas y repetitivas. Vemos a continuación toques de misa de la Cuadrilla de Lobosillo (Murcia) (1993); de la Cuadrilla de La Aljorra (Cartagena), con dos distintos: uno y otro. (1992); de la Cuadrilla de El Escobar (Fuente-Álamo de Murcia), con sus dos toques de misa (1992).
Por su parte, y con el mismo propósito, en el Noroeste de la Región de Murcia, se suelen interpretar unos toques que llaman sones: el son ligero y el son pesao, que tienen la característica de ir creciendo en intensidad y rapidez durante su ejecución. Véase como ejemplo este son pesao tocado por la Cuadrilla de Cañada de la Cruz (Moratalla) (1991).
Pero en la mayoría de las misas se suelen utilizar los cantos navideños habituales (improvisados o no) de los grupos locales, que en el Sureste de España son conocidos como pascuas, aguilandos, animeras, aguilanderas, aguilandás, etc. Un ejemplo de esto lo podemos ver en este aguilando cantado por el guión de pascuas Juan Méndez con la Cuadrilla de Fuente-Álamo de Murcia (1991), o estas animeras cantadas en una misa por los Animeros de Nerpio (Albacete) (1992); o estas pascuas cantadas por El Chato de Puerto Lumbreras (1996).
En muchos lugares, es corriente que los grupos musicales tradicionales interpreten villancicos durante la ceremonia de la misa. Algunos son muy populares por toda España, y otros son de ejecución más local. Un ejemplo de un villancico cantado en una misa navideña lo tenemos en este tocado y cantado por la ronda moteña de Mota del Cuervo (Cuenca) (2003).
Los recorridos de Pascua o Navidad (o carreras de ánimas o de aguilandos del Sureste español)
Entre los rituales animeros más visibles por la ciudadanía, en las localidades donde subsisten o se han reconstituido, están los recorridos petitorios de Pascua, o carreras de Ánimas o aguilandos, cuando la cuadrilla precedida por el estandarte del patrón o cuadro de las Ánimas camina por las calles de su localidad en petición de aguilandos (o donativos) para la Hermandad que le da soporte, diversos gastos parroquiales o cualquier otra necesidad comunal (antaño, arreglos de caminos, construcción de locales sociales o educativos...). En estas carreras de ánimas se suelen interpretar las pascuas o aguilandos (o cantos improvisados).
Un buen ejemplo lo tenemos en la cuadrilla de La Aljorra (Cartagena, Murcia, España) (1994).
Otro caso, también en la misma comarca del anterior, está en el recorrido petitorio navideño en La Pinilla (Fuente-Álamo de Murcia, Murcia, España) (1993).
O esta carrera de Ánimas en Fuente Librilla (Mula, Murcia, España) (2001), y en el mismo lugar, (Fuente Librilla, 2001) otra muestra diversa del ritual.
O bien la representación de una carrera de ánimas por la Cuadrilla de Aledo, con un aguilando del Tío Juan Rita en agradecimiento por las viandas con que les obsequiaron los dueños de un cortijo en Vélez Rubio (Almería) (1991).
O también esta Salida de la Virgen del Rosario en Fuente-Álamo de Murcia, que aunque está gestionada por la Hermandad del Rosario (que en otros lugares desarrollan rituales auroros), realiza un ritual petitorio animero (2023).
O esta Salida y Metida del Niño en Daya Nueva (Alicante) (2023), en la que, al finalizar la petición de donativos por las casas del pueblo se subasta la entrada del Niño en la iglesia.
Además, en tiempos recientes, no es infrecuente que esta tradición de los recorridos navideños petitorios se adapte a la modernidad y algunos grupos de músicos salgan pidiendo por las calles con motivos benéficos (asociaciones de caridad, ONGs, etc.), aunque es fundamental que se canten pascuas o aguilandos, a ser posible improvisando las coplas y que se refieran a las circunstancias del momento, pues ello sirve para fomentar la generosidad de los presentes, como como este caso en el centro de la ciudad de Murcia (España), por parte de músicos procedentes de Las Torres de Cotillas (Murcia) (2010).
En tiempos de Navidad, las cuadrillas hacían los recorridos por su ámbito parroquial, y a veces podían coincidir en algún punto limítrofe con el territorio de otra parroquia o ermita con otra cuadrilla vecina, produciéndose lo que se conoce como un “choque de cuadrillas”, pues cada una de las cuadrillas, teniendo al frente su guion de pascua (es decir, la persona que improvisa las coplas de las pascuas o aguilandos), intentaba destacar musicalmente y en la habilidad de su versificador sobre la otra. Un ejemplo de la escenificación de un choque de cuadrillas lo tenemos en este encuentro de las Cuadrillas de Topares (Vélez Blanco, Almería) y de Aledo (Murcia), con sus guiones respectivos Paco López y Juan Tudela Piernas, el Tío Juan Rita, en un cortijo de Vélez Rubio (Almería), hacia fines de diciembre de 1991.
Los bailes de inocentes, de ánimas, de puja o subastados (del Sureste español)
Los bailes de inocentes (que reciben también los distintos nombres del encabezamiento) participan de la tradición de los rituales de las cuadrillas de ánimas del Sureste español, aunque también son conocidos en otros puntos de España, y a pesar de que muchos de ellos solo quedan en el recuerdo (en la Huerta de Murcia eran famosos los bailes de puja celebrados en Espinardo a fines del siglo XIX), todavía subsisten algunos, e incluso se han recuperado otros, que ofrecen gran riqueza etnográfica. Aunque suelen darse el día 28 de diciembre (de ahí el nombre de baile de inocentes con el que también son conocidos; siendo también un día de fiesta celebrado musicalmente en otros lugares de España, como Málaga), no en todos los lugares es ese mismo día, sino que pueden cambiar, por ejemplo, al día de los Reyes (6 de enero), como es el caso de Aledo (Murcia), o el 2 de febrero, en La Hoya de Lorca (Murcia).
Mediante unas reglas fijadas por la costumbre, la puja se celebra en los atrios de las iglesias y ermitas, por lo que están bajo la protección y aquiescencia de la religión, que permite el acto festivo profano pues los beneficios van destinados al sostenimiento del propio templo y otras necesidades sociales. La puja la conducen unos personajes llamados “inocentes”, que suelen estar ataviados con gorros adornados con cintas de colores y otros abalorios, como espejos, cuentas, flores, etc. Veamos un ejemplo de estos tocados en la Cuadrilla de El Campillo de los Jiménez de Cehegín (Murcia, España) (1991).
Los inocentes son elegidos entre las personas con más desparpajo a fin de dar el suficiente juego a los asistentes con sus bromas y gracias, y así hacer subir el precio de cada baile, en el que participan los asistentes que se han llevado la subasta o bien quienes ellos indiquen. Los inocentes suelen llevar varas adornadas, que recuerdan los bastones de mando de los alcaldes, lo que simboliza su poder temporal sobre el acto festivo a modo de “alcaldes por un día” que gobiernan una fiesta de orates. Es frecuente que estos inocentes coloquen sus gorros o sombreros adornados en la cabeza de los que salen a bailar, para que bailen con ellos puestos.
A la primera subasta o puja que se hace para bailar, y que suele ser la más crecida y disputada, se le llama “romper el baile”.
Durante el desarrollo de la puja, a veces son obligados a bailar personas que no lo saben hacer o lo hacen dificultosamente, pero que por aceptar las reglas no escritas que rigen este tipo de bailes, se prestan, de mejor o peor gana, a la chanza.
Aunque en los bailes de puja la tradición preconiza que se efectúen bailes sueltos al estilo español (jotas, fandangos, seguidillas...), no faltan lugares en los que, por adaptación, ya antigua, de las costumbres, se hagan algunos o todos los bailes agarrados (polcas, valses, mazurcas, pasodobles...).
Las recaudaciones tienen el mismo destino que las de los recorridos de Pascua: gastos parroquiales o de la Hermandad o necesidades diversas comunitarias.
Ejemplos de bailes subastados, de puja o de Inocentes tenemos:
Cuesta de Gos (Águilas, Murcia). Malagueña en baile de puja (1993)
El Garrobillo (Águilas, Murcia), baile disparatado de jota y malagueña (1988)
El Garrobillo (Águilas, Murcia), puja y disparatado baile de malagueña (1992)
El Garrobillo (Águilas, Murcia), puja, rifa y baile de jota por niñas (1992)
El Garrobillo (Águilas, Murcia), puja y jota (1992)
El Garrobillo (Águilas, Murcia), baile agarrado, puja y malagueña disparatada (2002)
El Garrobillo (Águilas, Murcia), puja y jota (2002)
La Hoya de Lorca (Murcia). Romería de La Salud. Puja y parrandas (1991)
La Hoya de Lorca (Murcia). Romería de La Salud. Puja y parrandas (1994)
La Hoya de Lorca (Murcia). Romería de La Salud. Puja y Jota (2015)
Aledo (Murcia). Baile de Reyes. Parrandas (1993)
Aledo (Murcia). Baile de Reyes. Jota con yerbabuena (2014)
Fuente-Álamo de Murcia (Murcia). Baile de inocentes (1991)
Ibi (Alicante). Baile de puja: romper el baile con fandango estilo Cúllar (Granada) (2023)
Ejemplo de baile de puja con estilo agarrado lo tenemos en:
Aledo (Murcia). Baile de Reyes. Música para baile agarrado (1993)
LAS PASCUAS, AGUILANDOS (AGUINALDOS), ANIMERAS, AGUILANDERAS Y AGUILANDÁS (DEL SURESTE ESPAÑOL)
En muchas localidades del Sureste español, las cuadrillas tocan durante los días más señalados de Navidad en las misas, romerías y recorridos petitorios, pero también en fiestas y más recientemente en festivales, interpretando cantos de aguilando (aguinaldo), de ánimas o de pascuas (aunque también pueden recibir otros nombres, como animeras, aguilandás o aguilanderas -estas, generalmente, con cantos no improvisados-). Los aguilandos son un canto pero a la vez son también los donativos que se dan a las cuadrillas que cantan y tocan, acción que ha dado su nombre al canto. En ellos el guía, guion o trovero, es decir, la persona encargada de cantar improvisando las coplas (que son siempre cuartetas octosílabas, la mayor parte de las veces en asonante, como corresponde con más popular tradición versificadora del idioma castellano), es respondido por un coro de voces con un estribillo, que en las zonas aledañas a Murcia capital y en el Campo de Cartagena consiste en repetir el último verso que ha cantado el guion seguido de tres versos, que suelen ser siempre los mismos (salvo que el coro esté bien entrenado para cambiarlo tras cada copla), por ejemplo:
¡Ay qué Niño tan hermoso!,
que a todos causa alegría
su nacimiento glorioso
O bien
Digamos con alegría:
la Virgen de la Fuensanta
venga en nuestra compañía
Una muestra de este cante con estribillo lo tenemos en la Cuadrilla de Tallante (Cartagena), con su guión de pascuas Alfonso el Claro (1991); o en la Cuadrilla de Molinos Marfagones (Cartagena), con su guión de pascuas Juan Santos el Baranda (1996).
Para la rima de las cuartetas, los guiones o guías, suelen emplear corrientemente la rima asonante en los versos pares (2 y 4) de las cuartetas, pero en ciertas zonas, como en Cartagena y su comarca, por influencia de las normas del trovo culto, los guiones procuran improvisar coplas más elaboradas rimadas dos a dos en consonante. Como muestra tenemos otro aguilando de Alfonso el Claro con la Cuadrilla de Tallante (1992).
Los ejemplos anteriores son de temática religiosa, pero también es posible que, por los contextos donde se canta, las letras improvisadas sean preferentemente profanas, y entonces se utilicen estribillos más acordes con un momento lúdico y de jolgorio, como estos:
¡Ay, qué vino tan hermoso
que nos traen los carreteros
de Jumilla y el Pinoso!
¡Válgame el copón divino,
los milagricos que hacen
el aguardiente y el vino!
En cambio, en las comarcas suresteñas próximas al río Guadalentín el estribillo de las pascuas consiste en repetir por dos veces los dos versos finales improvisados por el guion de pascuas en su cuarteta, como en este caso de pascuas lorquinas "a lo divino" con Pedro Ruiz el Aljibe (1993). Y en algunos lugares, como las comarcas serranas de suroeste de Albacete, la respuesta de las animeras consiste en que el coro repite primero los dos últimos versos cantados por la voz solista, y después los dos primeros.
Estos cantos se suelen interpretar al finalizar la misa, aunque en algunos lugares también se hacen a la entrada del sacerdote y en la comunión. Además, se pueden interpretar temas únicamente instrumentales, siendo muy frecuente desde tiempos antiguos, anteriores en cualquier caso a la Guerra Civil, tocar el Himno Nacional español (la Marcha Real), y únicamente en su versión instrumental, durante la consagración, aunque en la Huerta de Murcia también se tocaba en algún momento de la celebración una jota llamada por lo común Estudiantina y en algunos ámbitos Jota Navideña. En este tipo de canto navideño es fundamental la presencia del guion o guía de Pascua, es decir, el trovero o persona que se encarga de improvisar las coplas y que, de ser bueno en su oficio, alcanza una gran notoriedad social en su comunidad. No obstante, hay lugares en los que no existe guion improvisador y las coplas están ya hechas y establecidas por la costumbre, por lo que son conocidas por todos y las puede cantar cualquiera.
Era habitual que, en el Sureste español, el periodo en el que se improvisaban las pascuas o aguilandos (y se cumplimentaban los rituales animeros en general), fuera el navideño, entendido este en sentido amplio, pues abarcaba desde el 8 de diciembre (día de la Inmaculada Concepción) hasta el 17 de enero (San Antón) en algunos lugares y en otros hasta el 2 de febrero (La Candelaria), aunque dependiendo del lugar estas fechas podían variar algo. Si bien en la actualidad es corriente que puedan interpretar los aguilandos durante todo el año, no faltan casos de guiones que, manteniendo la antigua tradición, se nieguen a improvisar sus coplas fuera del clásico periodo animero.
Traemos aquí algunos ejemplos de improvisación, unos en romerías o fiestas y otros en festivales de músicas de tradición oral:
Pascuas lorquinas (Lorca, Murcia). Cuadrilla de La Torrecilla, con Felipe Martínez (1994)
Pascuas lorquinas (Lorca, Murcia). Cuadrilla de La Torrecilla, con Felipe Martínez (2013)
Pascuas lorquinas (Lorca, Murcia). Cuadrilla de La Torrecilla, con Pedro Miñarro (1994)
Pascuas lorquinas (Lorca, Murcia), con Pedro Ruiz el Aljibe (1993)
Pascuas lorquinas (Lorca, Murcia). Diversos músicos en Burruezo y Francisco Ruiz el Colorao (2023)
Aguilando. Cuadrilla de Las Balsicas-Puerto de Mazarrón (Mazarrón, Murcia), con Francisco García (1993)
Aguilando. Cuadrilla de Aledo (Murcia), con el Tío Juan Rita (1991)
Aguilando. Cuadrilla de Aledo (Murcia), con el Tío Juan Rita (1992)
Aguilando. Cuadrilla de Aledo (Murcia), con el Tío Juan Rita (1993)
Aguilando. Cuadrilla de Lobosillo (Murcia), con Andrés Navarro (1993)
Pascuas de Águilas (Murcia), con Domingo Hernández (1992)
Pascuas de Águilas (Murcia). Cuadrilla de Cuesta de Gos con Andrés Rabal (1992)
Pascuas de Águilas (Murcia). Cuadrilla de Cuesta de Gos con Juan del Huerto (1995)
Pascuas en Tonosa (Vélez Rubio, Almería), con Antonio Andreo el Cucharón (1993)
Pascuas de Los Vélez (Almería), con Antonio Andreo el Cucharón (2002)
Pascuas. La Hoya de Lorca (Murcia), con Andrés Abellaneda (1994)
Pascuas. La Hoya de Lorca (Murcia), con Paco el Chicharra (1996)
Pascuas. La Hoya de Lorca (Murcia), con Andrés Abellaneda (2016)
Pascuas lorquinas. Cuadrilla de Purias (Lorca, Murcia), con Antonio Pascual (1992)
Aguilando de Tallante (Cartagena, Murcia) con Alfonso el Claro y Rodrigo Zaplana. (1992)
Aguilando de El Escobar (Fuente-Álamo), con Federico Pagán (1992)
Aguilando de La Pinilla (Fuente-Álamo), con El Melguizo (1993)
Aguilando de Fuente-Álamo de Murcia, con Juan el Melgo (1992)
Aguilando de Fuente-Álamo de Murcia, con Alfonso el Claro (1992)
Aguilando de Fuente-Álamo de Murcia, con Salvador el Peque (2003)
Pascuas de Puerto Lumbreras, con Cristóbal Hernández el Bomba (1991)
Pascuas en Esparragal de Puerto Lumbreras, con Pedro Miñarro (1993)
Pascuas. Cuadrilla de Zarzadilla de Totana (Lorca), con Andrés Zapata (1988)
Pascuas. Cuadrilla de Zarzadilla de Totana (Lorca), con Juanjo Sánchez (1992)
Pascuas. Cuadrilla de Zarzadilla de Totana (Lorca), con Juanjo Sánchez (2003)
Aguilando. Cuadrilla de Topares (Almería), con Pedro Manuel López (1988)
Aguilando. Cuadrilla de Topares (Almería), con Paco López (1991)
Pascuas. Cuadrilla del Raiguero de Totana (Murcia), con José Antonio Muñoz (1991)
Pascuas. Cuadrilla del Raiguero de Totana (Murcia), con José Antonio Muñoz 2 (1991)
Aguilando de Daya Nueva (Alicante), con Manolo el Daniel (2016)
Pascuas lorquinas, con Cucharón y José Antonio Muñoz (2017)
Pascuas lorquinas, con la Cuadrilla de El Campillo y El Rojo (1992)
Aguilando. Cuadrilla de Molinos Marfagones (Cartagena), con El Baranda (1996)
Aguilando. Cuadrilla de Isla Plana (Cartagena), con El Baranda (2023)
Aguilando. Cuadrilla de Auroros de Santomera (Murcia), con Juanmi e Ireno (2025)
O este caso de ambiente festivo informal, como en la comida de una romería:
Aguilando murciano con cuatro guiones. Romería de La Luz, Santo Ángel (Murcia) (2014)
Aguilando del Tío Juan Rita y Javier el Nieto (Aledo, Murcia) (2015)
Pascuas, con Andrés Abellaneda y Paco el Chicharra. La Hoya de Lorca (Murcia) (1992)
Pascuas, con el tío Juan Rita y Paco el Chicharra. (Totana, Murcia) (1993), que se continúan con estas pascuas hilarantes de los mismos protagonistas (1993)
Además, en los últimos años se da la incorporación de jóvenes a la labor de la improvisación, algunos procedentes de escuelas de trovo y otros autodidactas. Como ejemplo veamos a estos tres guiones jóvenes improvisando pascuas con la Cuadrilla de Zarzadilla de Totana (Lorca) (2014)
O estos dos guiones, Juanjo Montes y Miguel García, por pascuas lorquinas en La Hoya de Lorca (2016)
También se pueden interpretar los aguilandos para obsequiar y alabar a alguno de los presentes en una fiesta, como este ejemplo:
Aguilando murciano con Pepe el Malena y Francisco el Floristero, Patiño (Murcia) (2014).
O incluso cantando por gusto por las vías de una ciudad, como en este caso en que Pedro Cabrera canta pascuas por las calles de Murcia en plenas fiestas navideñas (2017); o este otro caso de una cuadrilla informal con varios guiones cantando un aguilando al estilo murciano al Rey Melchor durante la Navidad en las calles de Murcia (2022); o este caso similar de distintos guiones y músicos cantando pascuas en pleno centro de Murcia capital (2023); u otros músicos cantando un aguilando también en el centro de Murcia capital en el que en ocasiones cantan una copla tras otra prescindiendo del estribillo en plena euforia improvisadora de los guiones (2024).
En ciertos lugares del Sureste español la popularidad de las cuadrillas, de los troveros, guiones o guías es grande y ello posibilita que aparezcan en los medios de comunicación locales o regionales, como en este caso de la Cuadrilla de la Torrecilla con Pedro Miñarro de guion en una televisión de Lorca (Murcia) (1999).
También, dentro de las funcionalidades sociales de las cuadrillas de ánimas, se encuentran las visitas de cortesía a lugares especiales, como asilos o residencias de disminuidos o dependientes, donde se homenajea a los alojados, generalmente con aguilandos, pascuas y otras músicas, con el fin de obsequiarles con un poco de diversión. Es corriente que estas visitas se hagan por Navidad, como en este caso en el que una cuadrilla de reclamo (un grupo de músicos reunidos circunstancialmente para una finalidad concreta) toca y canta un aguilando en una residencia para monjas ancianas en Murcia (España) (2019).
Asimismo el canto de aguilando o de pascuas sirve para homenajear a alguien, por ejemplo un personaje difunto, como este canto de aguilando de dos guiones con la Cuadrilla de Patiño (Murcia), en la estatua que recuerda al trovero Manuel Cárceles Caballero, el Patiñero (2020); o los mismos protagonistas cantando a la familia del desaparecido Patiñero (2023); o recordando a un famoso trovero y guión como Juan Rita, como ocurre en esta ocasión con un grupo de músicos que toca y canta por aguilando aledano en Elche (Alicante) (2021); o cómo el guion lorquino Pedro Miñarro homenajea en unas pascuas a sus antiguos maestros de escuela (2023); o la Cuadrilla de La Torrecilla con Pedro Miñarro cantando a los fallecidos por unas inundaciones (2024).
Aunque el mundo de la improvisación poética en el ámbito de las cuadrillas y del trovo suele ser mayoritariamente masculino, también hay destacados ejemplos de féminas con dotes para la repentización, como en este caso con Isabel Hernández Méndez (de Águilas, Murcia) cantando pascuas con la Cuadrilla de Cuesta de Gos (1991); o bien el caso de Isabel Pérez, hija del conocido guion de pascuas Paco el Chicharra, que canta en esta ocasión pascuas durante una romería en La Santa de Totana (Murcia) (1993).
En cambio, en otros puntos del Sureste español donde no hay o se perdió la aptitud para la improvisación, los cantaores utilizan coplas ya hechas, habituales desde antiguo en los cancioneros tradicionales de tipo religioso o laico, para interpretar, por ejemplo, las llamadas aguilandás, aguilanderas o animeras, que es la versión de los aguilandos o pascuas que se practica en la comarca del Noroeste murciano y comarcas limítrofes de Albacete y Almería. Y así se cantan coplas de este estilo:
A esta puerta hemos venido
cuatrocientos en cuadrilla,
si quieres que nos sentemos
saca cuatrocientas sillas.
A las Ánimas Benditas
no se les cierra la puerta,
en diciendo que perdonen
ellas se van tan contentas.
Veamos ejemplos de ello:
Animeras de los Animeros de Nerpio (Albacete) (1988)
Animeras de los Animeros de Pedro Andrés (Albacete) (1988)
Aguilandá de la Cuadrilla de Ánimas de Cañada de la Cruz (Moratalla, Murcia) (1991)
Aguilandá de la Cuadrilla de Ánimas de Cañada de la Cruz (Moratalla, Murcia) (1992)
Como en distintas culturas de origen mediterráneo (e incluso más allá), el papel del improvisador está cargado de contenido social y antropológico, y se le otorgan, por consentimiento tácito popular, unas funciones concretas que pueden llegar hasta asumir la representación pública de las ideas de la gente, que dichas de forma de poesía cantada, son toleradas (por la propia sociedad o por el poder) incluso aunque resulten transgresoras de los usos sociales habituales. Veamos un caso de bromas y consejos de buen gobierno a un alcalde en un aguilando cantado por el Tío Juan Rita de Aledo (1988)
Hay casos en los que un guion de fuerte personalidad que ha aprendido el estilo de una zona, se traslada a otra y se lleva consigo ese estilo, desplazando la hasta entonces habitual, lo que suele ocurrir cuando las músicas están vivas y evolucionan. Un ejemplo notorio lo tenemos en Aledo (Murcia) con el citado y longevo guion Juan Tudela Piernas, el Tío Juan Rita, que pese a nacer en Aledo en 1912, se formó como guion de pascua en los no lejanos campos altos de Lorca, en los que adquirió un tono personal de canto, y cuando se incorporó a una renovada cuadrilla de Aledo en la década de 1980 transportó consigo su estilo personal, que podemos ver y escuchar, entre otras imágenes, en este aguilando cantado por el Tío Rita y Javier el Nieto (2018).
Sin embargo, hacia mitad del siglo XX el estilo aledano era diferente, más bajo de tono, y queda constancia en la grabación que el investigador Manuel García Matos realizó a comienzos de la década de 1960, que tituló “la Pascua” y que incluyó en diversas ediciones (entre ellas la Magna Antología del Folklore Español). Por fuentes orales de Aledo sabemos que el guion que cantó esa “pascua” fue Juan de la Anillá, y dicho tono ha estado en el recuerdo musical del pueblo hasta que la cuadrilla lo ha recuperado para grabarlo como “aguilando antiguo” en su disco CD “1912” (2019), dedicado a la figura del mítico Juan Rita. Y aquí podemos escuchar el recuperado aguilando antiguo de Aledo cantado por el guion Javier Andreo Cánovas, Javier el Nieto, al que acompaña la cuadrilla de Aledo (2020).
También ocurre que estas músicas y el arte repentizador se trasladan de un lugar a otro, participando en la fiesta de sitios donde no es practicado, pero siendo aceptado con alborozo por los lugareños, como este caso de aguilando al estilo de Aledo (Murcia) cantado en las fiesta del Peropalo en Villanueva de la Vera (Cáceres) (2016).
Además, los cantos de ánimas están presentes en los rituales navideños de muchos puntos de España, como ocurre en este caso de músicas animeras de La Alpujarra de Granada (Andalucía) (2017).
El lenguaje oral de los guiones, guías o repentizadores en general se refuerza, como es habitual en las conversaciones humanas, con la gestualidad de miembros, brazos sobre todo, y de movimientos y muecas de la cara. Sin embargo, para los sordos el lenguaje de los signos es una ayuda fundamental para comprender, y pocas veces está conectado el trovo con la lengua de signos, como es este caso excepcional de un aguilando al estilo de Aledo (Murcia), interpretado en Letur (Albacete) por dos guiones que ponen en aprietos a la intérprete de lengua de signos que les acompaña (2019).
OTRAS MÚSICAS PARA EL RITUAL Y LA CALLE
En determinados lugares, se usan, además, determinadas músicas para el ritual festivo, religioso o, simplemente, la calle, tales como marchas de pascua, sones, ligerillos, pasacalles, etc.
Tenemos un ejemplo aquí con una de las seis Marchas de Pascua de Aledo (Murcia) (1988)
O estas marchas de pascua tocadas por la Cuadrilla de Zarzadilla de Totana (Lorca, Murcia) y similares a las anteriores de Aledo (1992)
O este ligerillo del Contador (Almería), tocado por dos músicos almerienses (2017)
O este pasacalles de la Cuadrilla de María (Almería) (1991)
O los pasacalles típicos de la Sierra de Francia, en Salamanca, como este con Fernando Barés y Poldo en La Alberca (2016)
Un caso singular es el del carnaval de invierno de Jarramplas en El Piornal (Cáceres, Extremadura), en el que hay unos temas tradicionales que ponen música a la festividad. Estos, como otros temas que acompañan rituales en esa zona de España, tienen un ritmo repetitivo con el que se cantan letrillas populares de las cuales se conocen un buen número y son intercambiables. Uno de estas músicas es la Alborá (Alborada) de Jarramplas, tocada y cantada en este caso en un festival en Villanueva de la Vera (Cáceres) (2016)
En la Comunidad Valenciana también existen unas músicas empleadas en rituales, especialmente los religiosos, que se llaman albaes (albades o albadas) en ciertos lugares. Pueden ser improvisadas por el cantaor solista, pero frecuentemente son escritas previamente para obsequiar a cualquier persona o circunstancia. Un ejemplo de albaes lo tenemos en esta interpretación que hace la rondalla de Lucena del Cid (Llucena, Castelló) con Daniel Albert al cante (1993)
MÚSICAS NAVIDEÑAS FUERA DEL SURESTE ESPAÑOL
El periodo navideño marca la fiesta colectiva acompañada con música en todas partes. Los rituales son diversos, y la manera de celebrar también. Veamos algún ejemplo:
En Candeleda (Ávila) es acostumbrado formar rondas de calderos y zambombas para amenizar la vida navideña, cuyo sonido penetrante podemos apreciar en esta ronda del grupo Los Jherrizos (2016)
LAS MÚSICAS TRADICIONALES EN EL CICLO Y ACONTECERES VITALES
Desde muy antiguo, los acontecimientos que marcan el ciclo vital humano han estado frecuentemente acompañados por músicas de todo tipo, y no podía ser menos con la música tradicional.
Así, tenemos músicas realizadas durante las celebraciones o actos siguientes:
Boda en Aguaderas (Lorca, Murcia) (2014)
Boda en Mula (Murcia): baile por parrandas (2017); y otro baile similar en la misma boda (2017)
Boda en El Albujón (Cartagena, Murcia). Malagueña trovada (2023) y baile por parrandas (2023)
Cumpleaños:
Cumpleaños de José María Lasso Pérez, el Cojo de Henares: músicas (2023)
Funerales y Entierros:
Entierro de Manolo Cárceles el Patiñero (Patiño, Murcia) (2008)
Entierro de Juan el Yescas (La Encarnación, Caravaca, Murcia) (2014)
Entierro del Tío Paco Romero (Las Torres de Cotillas, Murcia) (2015)
Entierro de Desiderio García. Canta su nieto Javi de Nerpio. Nerpio (Albacete) (2017)
Funeral de Salvador Ondoño o de La Venta (Campo de San Juan, Moratalla, Murcia) (2022)
En una comida de hermandad:
Con la cuadrilla de Cuesta de Gos (Águilas) en Fuente-Álamo de Murcia (1992)
O este caso de una fiesta homenaje a un amigo enfermo:
Malagueña improvisada en una fiesta particular en Elche (Alicante) (2015)
O en un homenaje público a un personaje:
También es posible encontrar casos en los que se dedica un convite con música a un amigo fallecido, lo que en Murcia (Sureste de España) se llama echar un alboroque, como este caso en que dos troveros improvisan unas pascuas en homenaje a un músico difunto (2019).
O esta otra malagueña, en parte improvisada, cantada para un antiguo animero de Nerpio, ya retirado, en un momento emocionante (2017); o unas seguidillas tocadas y cantadas para al mismo protagonistas anterior (2017); o bien este caso en el que la cuadrilla de Aledo visita al Tío Juan Rita, su longevo guion de pascua, que no podía salir de casa durante una Navidad (2018); visita que se volvió a repetir en la Navidad siguiente (2019).
Pero la música se revela con una faceta a veces sorprendente, pues al parecer queda anclada en lugares protegidos de la memoria a los que no llega la decadencia vital y de ciertas enfermedades, como en este caso de Lucena del Cid (Castellón), donde un viejo cantaor entona esta jota con fandango (2013). Es el mismo caso, de Miguel de los Cantos, un conocido cantaor de la sierra de Moratalla (Murcia), anciano y afectado de una grave enfermedad que le roba la memoria que, pese a no recordar nombres o situaciones pasadas o inmediatas, es capaz de cantar con ritmo perfecto y su maestría de siempre varias coplas de esta malagueña cifrá con su cuadrilla de Animeros del Campo de San Juan, El Sabinar y Calar de la Santa (2019).
OTROS
LUGARES DE LA FIESTA
La fiesta, con sus músicas, sus cantes y sus bailes tienen sus tiempos, que frecuentemente coinciden con el calendario festivo de cada lugar, pero también es posible encontrar bailes sueltos ocasionales fuera de las festividades, en cualquier día, especialmente los fines de semana, como ocurrió durante algunos años en el Sureste español, en los bares de las lindes murciano-almerienses, caso de Puerto Lumbreras (Murcia) y su entorno (Estación de Puerto Lumbreras, El Esparragal, Lorca...) y comarcas almerienses cercanas.
Este tipo concreto de bailes de parrandas en los bares se crearon a mediados de la década de 1970 una vez que la emigración masiva despobló las zonas serranas y sus cortijos, el lugar natural donde se celebraban los bailes sueltos dominicales, y muchos emigrados se asentaron en los pueblos más grandes, caso de Puerto Lumbreras, portando sus relaciones sociales, su cultura y la añoranza de ese momento social intenso que eran los bailes. Fue José Contreras, el Chato de Puerto Lumbreras quien intuyó la necesidad que existía y dio comienzo a una brillante etapa de bailes en los bares que, con altibajos, se prolongó durante décadas.
En este ejemplo podemos ver uno de los mencionados bailes de parrandas en El Esparragal de Puerto Lumbreras con el Chato, hacia 1986.
Y este otro ejemplo (de 1994) en el Bar España de Huércal-Overa (Almería), donde fueron famosos sus bailes de parrandas en la década de 1990, y donde apenas con un par de músicos se interpretaban mayoritariamente las afamadas parrandas, las seguidillas del terreno, como estas tocadas por El Cojo de Henares y Pepe Torrente (1994); aunque en estos bailes también se tocaban y bailaban otras variantes de piezas sueltas, como esta malagueña (variedad de fandango), tocada y cantada por el mismo Cojo de Henares con Juan el Carujo y Pepe Torrente haciendo duetos a los violines (1993); o los mismos protagonistas anteriores tocando parrandas (variedad de seguidillas) (1993).
Otro caso de bailes de diversión hechos periódicamente en tabernas y otros locales por puro recreo, habitualmente en días libres de fines de semana, lo tenemos en el mismo local del anterior, con un excelente baile de parrandas en el Bar España de Húercal-Overa (Almería), en el que tocaban el Cojo de Henares, Juan el Carujo y Pepe Torrente, con Isabel Hernández (de Águilas, Murcia) también al cante (1993); o también este baile suelto (donde se toca y baila una malagueña cifrá, una variedad de fandango) en la puerta de este bar de Zaén de Abajo (Campo de San Juan, Moratalla, Murcia) (2018), o este baile de pardicas de los tangos en el mismo lugar, situado en un paraje de clima invernal riguroso, donde en los veranos se aprovecha el tiempo bonancible para hacer reuniones musicales en la calle o en la puerta de las casas.
Con distintos motivos, es posible seguir
encontrando bailes en los bares ya en pleno siglo XXI, como este baile de parrandas con motivo
de un cumpleaños en la Venta La Petra
(cerca de Henares, Lorca) (2023).
En los mismos bailes de parrandas no era raro acabar con un fin de fiesta de flamenco, cuya individualidad sustituía en el mismo lugar al trepidante baile colectivo, como en este caso del citado Bar España con unos fandangos flamencos con Pepe Torrente al toque de guitarra como fin de fiesta (1994), o:
Tarantos tocados y cantados por El Chato de Puerto Lumbreras (1993)
Fandangos con El Chato de Puerto Lumbreras al toque y Bernardo al cante (1993)
Fandangos con El Cojo de Henares al toque (1994)
Fandangos con El Cojo de Henares al toque 2 (1994)
E incluso, dada la popularidad de estos
bailes de parrandas, se llegaron a montar bailes sueltos en grandes espacios
públicos, como este celebrado en el Centro Cultural de Puerto Lumbreras (Murcia) con José
Contreras, el Chato de Puerto Lumbreras, y su cuadrilla (1993).
No obstante, en los tiempos posteriores, este tipo de bailes en esa zona concreta se ha refugiado en los Hogares de la Tercera Edad, debido precisamente a la edad creciente de sus practicantes habituales, como este baile de parrandas con la cuadrilla de Henares en un hogar del pensionista de Puerto Lumbreras, Murcia (2001); o este otro con solo tres músicos en el mismo Puerto Lumbreras, donde precisamente se tocan parrandas (2001), o en lugar semejante con estas parrandas peretas que electrizan el ambiente (2001).
Y también encontramos que los bailes
sueltos se retoman periódicamente, existiendo una evidente continuidad en
ciertos bailes realizados en bares en tiempos más recientes, como este caso de
un baile de
parrandas del hijo del Chato, Antonio Contreras, en La Estación de Puerto
Lumbreras (2015).
O este de la Cuadrilla de Henares (Lorca) en un bar con motivo de una reunión vecinal (2014).
Otro ejemplo de música en tabernas, a menudo el hogar habitual de la música tradicional, lo pone la Ronda de Motilleja (Albacete), tocando seguidillas en un bar de Nerpio (Albacete) (2008); o este otro ejemplo de otro variopinto grupo de jóvenes músicos tocando una animada malagueña (variedad de fandango) en otro bar de Nerpio (Albacete) (2017); o este grupo formado por músicos de diversas procedencias tocando y cantando unas seguidillas manchegas en Barranda (Murcia) (2017); o bien estos músicos de Almería tocando y cantando una malagueña (variedad de fandango) en un bar de Castilléjar (Granada) (2017); o los mismos músicos tocando parrandas del medio (variedad de seguidillas) en el mismo lugar anterior; o estos otros músicos de distintas procedencias interpretando unas animadas parrandas en un bar de Murcia capital (2023).
Además, es bien conocido por los etnógrafos y etnomusicólogos el empleo popular de determinados temas en los entornos tabernarios, como ocurre con esta canción de ronda denominada La Zorra, tocada y cantada por un grupo de diversos músicos en Villanueva de la Vera (Cáceres) (2016), pero que ya recogió en 1920 en Oviedo como música de taberna el folklorista asturiano Eduardo Martínez Torner. También en Villanueva de la Vera se tocó y bailó esta jota en un antiguo espacio para el baile popular recuperado tras años de otros usos (el Baile de Toribio) (2022).
O esta canción del estilo de las tabernarias o de ronda, llena de jolgorio y picaresca, llamada El Cuento, interpretada por la parranda El Mejunje de Gran Canaria (2018), u otra canción del mismo estilo por la citada parranda el Mejunje titulada La Paja (2018).
Veamos una muestra de fiesta particular en Otos (Moratalla, Murcia, España). (1994); o esta otra con músicos de distintas procedencias tocando seguidillas en el Campo de San Juan, (Moratalla, Murcia) (2016); o esta música por seguidillas de abajo echada en una peña festiva en Nerpio (Albacete), por la Cuadrilla de Huebras (Nerpio) (2017).
En estas reuniones particulares también es posible que aparezca el flamenco, como en esta ocasión en el Campo de San Juan (Moratalla, Murcia), con unos fandangos de Dionisio Navarro al cante y Paco Castillo al toque (2014).
Y también hay bailes sueltos en celebraciones diversas, como en esta boda celebrada en Mula (Murcia), donde se bailan jota y parrandas (2017); o esta otra boda en El Albujón (Cartagena, Murcia), donde se toca y baila una malagueña de arriba (2023).
Pero siempre es destacado el baile en las fiesta locales, como en este caso con motivo de la fiesta patronal de Benizar (Moratalla, Murcia) (1992). O en esta otra fiesta en Mazuza (Moratalla, Murcia) (2023), donde se bailan pardicas; o también una malagueña cifrá. O en un carnaval, que es el caso del Peropalo de Villanueva de la Vera (Cáceres), que sirve de excusa para que se reúnan músicos de diversa procedencia y echen largos ratos de música y cante en cualquier lugar del pueblo, como esta rondeña verata interpretada por un abigarrado conjunto de músicos en un reducido espacio (2018). O bien en una fiesta en un local de una peña con motivo de una entrega de un reconocimiento, como esta malagueña del fandango que tocó la cuadrilla de Huebras (Nerpio) en Nerpio (Albacete) (2017).
También tenemos el caso, antes muy extendido (y que con la modernidad ha sucumbido en parte ante la mayoritaria exposición pública de la música en encuentros de grupos y fiestas multitudinarias) en el que el puro placer de compartir la música entre un grupo de intérpretes les hace reunirse casi en la intimidad para disfrutar tocando, como en esta ocasión en un cortijo del Campo de San Juan (Moratalla, Murcia), en el que los músicos tocan (sin cante ni baile) una malagueña cifrá (2017); o en el mismo lugar y con músicos parecidos con una malagueña de Juan Breva (2016); o también allí mismo esta malagueña de arriba (2016); o solo dos músicos tocando una malagueña por re en el Calar de la Santa (Moratalla, Murcia) (2019), y los mismos músicos anteriores interpretando unas pardicas (variedad de seguidillas) en igual lugar (2019)
También encontramos fiestas muy populares y participativas que se celebran en plena calle en días señalados, como este ejemplo de Las Cruces de Mayo en Lebrija (Sevilla), donde la aspiración es pasar toda la noche, hasta el día siguiente, de fiesta y bailes (2015). O el afamado carnaval del Peropalo, en Villanueva de la Vera (Cáceres), donde es frecuente que se formen rondas espontáneas de músicos de diversas procedencias para tocar músicas de tradición oral, como esta rondeña (variedad de fandango) tocada en uno de los soportales de la plaza Aniceto Marinas de la localidad en el carnaval de 2016.
U otras situaciones de nacimiento más reciente, como rutas etnográficas amenizadas musicalmente en un festival de cultura tradicional, como Guitarvera (en Villanueva de la Vera, Cáceres), con esta rondeña tocada a la vera del río Tiétar (2016); o la participación en acontecimientos culturales de primer orden, como esta malagueña cartagenera de la cuadrilla de Fuente-Álamo de Murcia tocada y bailada en la Exposición Universal de Sevilla 1992.
Además, como ha sido habitual desde siempre, también quedan de vez en cuando ocasiones para el recreo de los intérpretes en la tranquilidad de una velada o sobremesa de una casa particular, sin necesidad de participar en encuentros multitudinarios o festivos, como este caso de un pequeño grupo de músicos que se solazan tocando esta malagueña de los tangos (variedad de fandango) en un cortijo de la sierra de Moratalla (Murcia) (2016), o esta malagueña de Juan Breva (2016); o tocando unas pardicas de los tangos (variedad de seguidillas) (2016); o tocando una malagueña cifrá (2016); o interpretando esta variedad de seguidillas reposadas denominadas gandulas (2019), habitualmente tocadas en las serranías del noroeste murciano y suroeste de Albacete.
LA FIESTA Y LA COMENSALÍA
En toda fiesta hispana que se precie, la música y la comensalía van de la mano. Con frecuencia, las fiestas colectivas también van acompañadas de comidas y bebidas compartidas, siendo esta una forma simbólica de tejer lazos afectivos entre las personas: si se come y se bebe de lo mismo, nos nutrimos igual para continuar la vida y, de alguna manera, somos hermanos en la fiesta.
En algunos lugares, incluso, hay determinadas comidas y bebidas típicas asociadas especialmente a la fiesta, como podemos ver en este ejemplo de la fiesta de las Cruces de Mayo de Lebrija (2015).
Otro caso singular es el de la Noche del Ajo en Caravaca (Murcia), una cena comunitaria celebrada el día 1 de agosto para recordar la tradición campesina de tomar patatas con ajo (alioli), porque se decía que prevenía la aparición de las fiebres tercianas, otrora muy abundantes. Es una ocasión para que los Animeros de Caravaca tocaran esta jota en la sobremesa (2016) o estas pardicas de abajo (variedad de seguidillas del terreno) (2016).